El peso excesivo de las mochilas puede provocar que algunos niños desarrollen dolor de hombros, cuello y espalda, entre otros problemas. Por lo cual es muy importante que se reduzca su peso y se coloque de manera correcta al ir al colegio.
Por muy prácticas que sean, las mochilas constituyen un problema debido a su peso y las consecuencias en los pequeños que las cargan. Pueden someter a demasiada tensión a músculos y articulaciones y provocar dolor, pero además pueden tropezar con ellas y caer, golpear a alguien más por su voluminosidad, así como generar una postura incorrecta en los niños.
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Cuando una mochila pesada, como una llena de libros, se coloca de forma incorrecta sobre los hombros, la fuerza del peso cargado puede tirar al niño hacia atrás. Para compensar, el niño se doblará hacia delante en las caderas o arqueando la espalda, lo que puede hacer que la columna se contraiga de forma forzada, causando malformaciones.
Por lo contrario, si se coloca correctamente, el peso que contiene la mochila se distribuye uniformemente por todo el cuerpo, y las lesiones de hombros y cuello son menos frecuentes que cuando se llevan maletines o bolsos.
Para prevenir estas lesiones y complicaciones para los niños, se recomienda que aligeren el peso de lo que cargan, buscando la manera de distribuir el mismo en toda la mochila. También deben usarla de manera correcta, procurando que tenga hombreras anchas y acolchadas.
Alrededor del 70% de los niños que cargaron una mochila pesada sufren dolor de espalda en su vida adulta, lo cual puede prevenirse. El peso máximo que debe cargar un pequeño es 10% de su peso, de tal manera que debe evitarse futuras consecuencias. ¡Cuídalos!
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