miércoles, 10 de mayo de 2017

Ver televisión durante la comida puede provocar obesidad

Nuevas investigaciones sugieren que cocinar alimentos para disfrutar con la familia y evitar ver TV mientras comemos puede reducir la probabilidad de volverse obeso. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Salud de medio camino 2016, en nuestro país siete cada 10 adultos (prevalencia combinada de 72.5%) padece exceso de peso (sobrepeso u obesidad). Esta condición es un factor de riesgo para padecer varias enfermedades, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y algunos tipos de cáncer.

 

Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio se propusieron examinar el vínculo entre los alimentos que se comen en familia y el riesgo de padecer obesidad.  El estudio, a cargo de Rachel Tumin, directora analista de encuestas y salud poblacional del Centro de Recursos Gubernamentales de las Facultades de Medicina de Ohio, y Sarah Anderson, profesora asociada de epidemiología del Colegio de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio, halló que los adultos que no ven TV mientras comen alimentos hechos en casa con sus familias son menos propensos a padecer obesidad.

 

Vínculo entre comidas familiares y obesidad

 

Tumin y Anderson usaron datos de la Encuesta de Evaluación de Medicaid Ohio 2012, un estudio realizado vía telefónica entre la población de Ohio que examinó a los adultos que vivían en el área y que habían comido al menos un alimento con la familia en la semana anterior a la encuesta. Esto permitió que la muestra del estudio sumara un total de casi 13,000 encuestados. Para el estudio, los investigadores definieron obesidad como índice de masa corporal de al menos 30 y lo calcularon para cada uno de los encuestados con base en el peso y la altura que ellos mismos reportaron.

 

Los investigadores usaron modelos de regresión logística para analizar el vínculo entre obesidad y patrones y prácticas de comidas en familia. Ajustaron los factores como empleo y estado civil, nivel educativo, etnicidad y edad.

En general, más de la mitad de los participantes dijo que había comido en familia la mayoría de los días de la semana; el 35 por ciento de los encuestados reportó que había comido en familia algunos días, mientras que el 13 por ciento dijo que había comido en familia pocos días.

Aproximadamente un tercio de los participantes fue considerado obeso, y alrededor de un tercio veía TV o videos la mayoría del tiempo durante estos alimentos. Asimismo, 36 por ciento de los encuestados dijo que nunca veía TV ni videos durante comidas en familia, y el 62 por ciento de los participantes dijo que todos los alimentos que comían en familia eran preparados en casa. La calidad, no la frecuencia, de las comidas en familia puede disminuir el riesgo de obesidad.

El estudio no halló asociación entre la frecuencia de las comidas en familia y el riesgo de padecer obesidad. La gente que comía en familia la mayoría de los días de la semana—esto es, 6 o 7 días—fue tan propensa a ser obesa como la gente que comía en familia pocos días—1 o 2 veces por semana. Sin embargo, la gente que nunca veía TV o videos durante las comidas en familia fue 37 menos propensa a ser obesa en comparación con los adultos que siempre veían TV. Esta correlación fue independiente de la frecuencia de las comidas en familia.

El menor riesgo de padecer obesidad se halló entre las personas cuyas comidas en familia eran tanto cocinadas en casa como ininterrumpidas por TV o videos.

La co autora del estudio, Sarah Anderson, explica los hallazgos: "La obesidad fue tan común en los adultos que comían con la familia 1 o 2 veces a la semana como en los que comían con la familia todos los días. Sin importar la frecuencia de las comidas en familia, la obesidad fue menos común cuando los alimentos se consumían con la TV apagada y se preparaban en casa”.

"Quizá la frecuencia con la que se hacen comidas en familia no es lo más importante. Es posible que lo que se hace durante dichas comidas sea más relevante. Esto enfatiza la importancia de pensar críticamente sobre lo que sucede durante dichas comidas, y si cabría la posibilidad de apagar la TV o hacer más respecto a la preparación de los alimentos”, dijo Rachel Tumin, autora del estudio.






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