El beso es la muestra de amor más conocida y no sólo de amor de pareja, también es la primera muestra de afecto que nuestros hijos conocen al llegar a este mundo, es el primer contacto con mamá y papá. Los besos nos relajan, calman, tranquilizan y dan alegría. Besar, abrazar y acariciar son gestos que tienen muchos beneficios y, además, son emociones y recuerdos que perdurarán en el tiempo.
La psicóloga Isabel Rojas, del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, comenta que “a partir de los dos años y medio se producen cambios muy significativos en los niños. Primero, el crecimiento exponencial del lenguaje verbal, que pasa de estar entre 30 y 50 palabras con año y medio a 1.000 con tres años. Y el segundo, es el avance en el lenguaje no verbal, ahí la importancia de enseñarle al niño a dar besos y a recibirlos de sus padres y de los más cercanos. Uno de los elementos en la educación sentimental es enseñarle al niño las principales manifestaciones afectivas que forman una constelación de comportamientos pequeños, pero muy significativos: tomar la mano, acariciar el pelo, jugar con él, hacerle cosquillas, compartir algún juego… y el beso”.
Los expertos comentan que besar y abrazar a los niños desde que nacen crea beneficios para ellos como una sensación de protección, de seguridad, de amparo, de abrigo. Además, produce un sentimiento de que el niño es querido, amado, aceptado y, por tanto, esto siempre va en beneficio de uno mismo, lo que favorece su autoestima”.
Los besos forman parte de nuestro desarrollo evolutivo como seres humanos aunque es importante educar a los niños sabiendo que tampoco deben besar a todas las personas, debemos respetar a quién si quieren y cuando no se sienten agusto, porque son personas que no son para ellos cercanas.
Lee el articulo completo en: Padres e Hijos México
via http://www.padresehijos.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario