¿A quién no le gusta besar o que lo besen? Este gesto cariñoso es una expresión de nuestros más bellos sentimientos. Ya sea un beso en la boca con nuestra pareja, en la frente a los niños, o en la mejilla a nuestros amigos, ¡un beso siempre se siente muy bien, y nuestro cuerpo lo agradece!
Así es: un beso no sólo deja una deliciosa sensación en los labios, pues estos tienen terminaciones nerviosas que confieren mayor sensación a esta zona, y al mismo tiempo mandan estímulos a todo el resto del cuerpo.
Por ejemplo, al juntar nuestra boca con la de otra persona, el sistema límbico, ubicado en el centro del cerebro, se encarga de transmitir información a otras pareas, como la corteza cerebral o al tronco del encéfalo, el cual regula los mecanismos vegetativos de la respiración, el ritmo cardiaco, la tensión arterial, el tono muscular, la salivación y también la secreción hormonal.
Al besar, especialmente de forma intensa, se liberan hormonas endorfinas, que generan una sensación de bienestar a todo el cuerpo, e incluso son capaces de aliviar el dolor en cualquier zona del organismo.
Jesús de la Gándara, jefe de Psiquiatría del Complejo Asistencia de Burgos, señala que los besos también pueden estar relacionados con otros sistemas neurotransmisores, como el GABA, que modula las respuestas de tranquilidad o relajación.
Y por si fuera poco, “besar te da energía” ya que también liberas adrenalina en todo tu cuerpo.
¡A disfrutar más de los besos!
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