jueves, 1 de septiembre de 2016

Movimientos durante el sueño de los niños

¿Alguna vez has observado a tu peque dormir, y de pronto empieza a moverse de manera extraña? Estos son los llamados movimientos rítmicos del sueño, y son muy comunes en los niños menores de un año, aunque también se presentan a mayor edad.

 

Para que los identifiques fácilmente, estos movimientos se repiten invariablemente, afectan a diferentes a todo o a algunas partes del cuerpo, como la cabeza, el tronco o las extremidades. Normalmente ocurren cuando apenas se está quedando dormido, durante la siesta o a lo largo de la noche.

 

Los movimientos rítmicos del sueño son muy comunes, y van desapareciendo conforme los niños van creciendo. No hay que considerarlo un trastorno a menos que este malestar interfiera en sus actividades cotidianas, aunque esta situación es muy poco común.

 

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Tipos de movimientos rítmicos en los niños

 

Head banging: el niño se encuentra boca abajo y golpea la almohada con su cabeza de forma repetitiva, o en ocasiones usa el torso. Si se encuentra boca arriba, hace lo mismo pero con la nuca. También puede ocurrir lo mismo si se encuentra sentado.

 

Head rolling: mueve su cabeza hacia los lados.

 

Body rolling: movimiento hacia los lados de todo el cuerpo.

 

Bodyrocking: movimiento de balanceo de todo el cuerpo.

 

¿Por qué se producen estos movimientos?

 

No se sabe a ciencia cierta por qué los niños se mueven de esta forma durante el sueño. Hay teorías que indican que estos movimientos son para relajarse para poder dormir mejor. También puede tratarse de una conducta aprendida en que el niño reproduce los movimientos que realizan sus padres para acunarlo.

 

Como ya mencionamos, no es necesario darle tratamiento a este tipo de conducta. Sin embargo, es importante que se tomen las medidas necesarias para que los pequeños no se hagan daño durante el sueño (que pueda golpearse o caerse)

 

En caso de que estos movimientos se intensifiquen, provoquen lesiones en el niño o no desaparecen completamente a la edad de 5 años, es de suma importancia acudir con un especialista.

 

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