La llegada de un bebé trae muchos cambios en la vida de las parejas, y esto incluye también al sexo, pero no todo es tan malo, y sí, los cambios a veces traen cosas positivas. Te mencionamos algunas de las transformaciones que cambian la relación de pareja y la intimidad.
El momento de la intimidad se convierte en algo muy especial
Ya no tenemos el tiempo sólo para nosotros, así que el hacerlo planeado, muchas veces es como volver a revivir esa magia del erotismo. Si dejamos al bebé al cuidado de los abuelos, por ejemplo, es como volver a tener una cita de novios.
El juego previo se convierte en un lujo
Si no hay tiempo y todo es fugaz, sabemos que tenemos los minutos contados, desvestirse lento no tiene cabida y ¡esto también puede ser interesante!
La importancia de la calidad sobre la cantidad
Cada vez hacemos menos el amor, pero cuando ocurre llega a ser un momento mágico y muy esperado por ambos. Es un mito que el sexo se termine con la llegada de un bebé, pero las oportunidades de tenerlo sí disminuyen, así que hay que ponerle mucha calidad (y creatividad) al momento.
Deja de ser prioridad
Entre las responsabilidades del bebé, el sexo se va un segundo o tercer plano, pero eso no quiere decir que se acabe el amor.
El silencio es nuestro mejor cómplice
Aunque sea un momento de mucho placer aprendemos a frenar un poco los impulsos y actuar más en silencio. Ya sea para no despertar a los niños o para estar pendientes de cualquier ruidito.
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