Los tres ganadores del Premio Nobel en Fisiología o Medicina de 2017 aseguran que la vida en la tierra se adapta a la rotación del planeta. Y los humanos, tanto como cualquier organismo vivo, tenemos un reloj biológico interno que controla la oscilación de funciones metabólicas fundamentales de nuestra salud. La luz influye de forma primordial en el modo en que nos despertamos y nos dormimos y es el principal estímulo que ayuda a este reloj, el ritmo circadiano.
El reloj biológico está sincronizado con la luminosidad externa y recibe información directamente a través de la retina. Este se activa al acabar el día con la disminución de la luz del sol, de manera que el cuerpo empieza a notar la sensación de sueño unas horas más tarde. Sin embargo, la exposición a la luz artificial del mundo moderno y, más recientemente, la exposición nocturna a televisores, celulares y tabletas puede contribuir a que los centros cerebrales que regulan el sueño no se activen hasta varias horas más tarde, afectando el ritmo circadiano.
En este sentido, los sistemas de iluminación inteligentes pueden ayudar a conciliar el sueño ya que cuentan con programas que atenúen la iluminación de manera lenta y automáticamente aproximadamente unas dos horas antes de ir a dormir. Después, por la mañana, puedes despertarte sin de manera suave, tras haber configurado las luces para que se enciendan gradualmente, imitando el amanecer.
Esto ayuda a ser coherente con nuestra programación de sueño y establecer el entorno adecuado en el dormitorio, lo cual ayuda a garantizar la mejor calidad de sueño posible.
Fuente: Philips Lighting
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