lunes, 4 de diciembre de 2017

¿Tú eres Santa? Cómo contestar la temida pregunta a nuestros hijos

Esta mamá llamada Martha Brockenbrough como muchas otras, se enfrentó a la pregunta complicada que muchos papás esperamos que no suceda tan pronto, porque eso significa que nuestros hijos han crecido y la mayoría de las veces, aunque pensamos en ello, no sabemos cómo afrontar cuando suceda.

 

Esta mamá tuvo una gran idea, le escribió esta carta a su hija, que fue publicada en el New York Times y creo que todos deberíamos hacer algo así. Aquí te la dejamos.

 

Querida Lucy,

 

Gracias por tu carta. Me hiciste una pregunta muy buena: “¿Eres Santa?”

Sé que has querido la respuesta a esta pregunta durante mucho tiempo, y he tenido que pensarlo detenidamente para saber qué decir.

La respuesta es no. No soy Santa. Nadie es Santa.

Sin embargo, soy la persona que te deja regalos. También los elegí, envolví y los puse debajo del árbol, de la misma manera que mi madre lo hizo por mí, y de la misma manera que su madre lo hizo por ella. (Y sí, papá también ayuda).

Me imagino que algún día harás esto por tus hijos, y sé que te encantará verlos correr en la mañana de Navidad. Te encantará verlos sentados bajo el árbol, con sus pequeños rostros iluminados con luces navideñas.

Sin embargo, eso no te hará Santa.

Santa es más grande que cualquier persona y su trabajo ha durado más de lo que ninguno de nosotros ha vivido. Lo que hace es simple, pero poderoso. Él enseña a los niños cómo creer en algo que no pueden ver o tocar.

Es un gran trabajo y es importante. A lo largo de tu vida, necesitarás esta capacidad para creer: en ti, en tus amigos, en tus talentos y en tu familia. También necesitarás creer en cosas que no puedes medir o incluso tener en tus manos. Estoy hablando del amor, ese gran poder que iluminará tu vida desde adentro hacia afuera, incluso durante los momentos más oscuros y más fríos.

Santa es un maestro y yo he sido su alumna, y ahora sabes el secreto de cómo baja todas esas chimeneas en Nochebuena: tiene ayuda de todas las personas cuyos corazones ha llenado de alegría.

Con todo el corazón, gente como papá y yo nos turnamos para ayudar a Santa y hacer un trabajo que de otro modo sería imposible.

Entonces, no, no soy Santa. Santa es amor y magia, esperanza y felicidad. Estoy en su equipo, y ahora tú también lo eres.

Te amo y siempre lo haré.

Mamá

 

 






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