Tina y Benjamin Gibson son una joven pareja de Tennessee que no habían podido ser padres. Él tiene fibrosis quística, lo que causa infertilidad. Así que después de valorar varias opciones decidieron tratar con la adopción de embriones.
La pareja fue al Centro Nacional de Donación de Embriones y se sorprendieron al saber que el embrión que habían adoptado había sido congelado el 14 de octubre de 1992, hace 25 años, año y medio después del nacimiento de la madre, convirtiéndose en el embrión humano que ha estado congelado durante más tiempo y con el que se logró un nacimiento exitoso.
El embrión fue descongelado el 13 de marzo de 2017 para ser implantado en el útero de Tina. Después de un embarazo sin complicaciones el 25 de noviembre de 2017, nació Emma Wren Gibson, una preciosa niña que pesó 2,7 kilos y midió 50,8 centímetros.
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