Según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la alimentación complementaria debe comenzar a partir de los 6 meses, ya que antes de eso, el organismo es inmaduro para digerir alimento diferente a la leche, aunque sea sólo “una probadita”.
Cuando el bebé ya se mantiene solito sentado, sin apoyo, es señal de que sus músculos han madurado y ya cuenta con una mejor digestión, por lo que poderá hacerse hacia adelante y hacer arcadas, en caso de ser necesario. Por otro lado, los bebés muy pequeños no cuentan con el llamado reflejo de extrusión, el que ayuda a que empujen con la lengua cualquier cosa que no sea leche hacia afuera de su boca.
Muchas personas inician con las “probaditas” porque creen que cuando los bebés te miran al comer e sporque se les antoja, pero no, los bebés son curiosos y todo lo observan, no tienen interés por comer lo mismo que tú.
Expertos comentan que adelantar la alimentación puede traer consecuencias graves como anafilaxia severa, parálisis intestinales, intoxicaciones, obesidad, botulismo y mayor riesgo de sufrir gastritis y colitis cuando sean adultos.
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