Hay muchas teorías, posiblemente, los hermanos mayores al tener más responsabilidades, sean más disciplinados y los pequeños, al no tener ese papel, sean más rebeldes, inquietos, traviesos o desobedientes.
Los investigadores dicen que el orden de nacimiento influye a la hora de desarrollar la personalidad del niño, es la teoría del orden, que ha sido descrita por innumerables psicólogos.
Con el primer hijo todo es nuevo, recibe toda nuestra atención, en ocasiones sobreprotección, mimos, cuidados, miedos, equivocaciones y también somos más exigentes, más firmes y estrictos. Y con el segundo y sucesivos nos relajamos, ya sabemos que con 37,5º de fiebre no hay que salir corriendo al hospital o que no pasa nada si se cae. Tenemos más hijos y más trabajo por lo que seguimos exigiendo más al primero, mientras que el segundo se "salva" de muchas normas y tareas por lo que son pequeños más rebeldes, mimados, menos disciplinados y menos obedientes. Aunque esto no es siempre una regla, algunos psicólogos comentan que el ser el segundo hijo no determina que sea más rebelde, indisciplinado o desobediente, sino que se incrementa la posibilidad de tener ese tipo de actitudes.
Pero un estudio de la Universidad del estado de Pensilvania publicado en la revista “Child Development” encontró que los primogénitos tienden a ser más dóciles y tratan de complacer a sus padres más, mientras que los hermanos menores tienden a mostrar una personalidad más independiente y rebelde.
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