martes, 12 de diciembre de 2017

20 consejos para ayudar a tu hijo a utilizar inteligentemente su inteligencia

Enséñale a pensar. Enséñale a aprender.

El cerebro de nuestros hijos es como un globo: se hincha en función del tipo de estimulación cognitiva que les proporcionemos. Nuestros hijos accederán a un tipo de vida u otra en función de las oportunidades que ahora les demos para entrenar sus habilidades cognitivas.

“Amuebla” su cerebro cuando son pequeños para tener adolescentes “amueblados


Nos preocupamos de sus malas decisiones cuando llegan a la adolescencia sin darnos cuenta que el momento de asentar las bases para un pensamiento crítico es AHORA, con tres, cinco o diez años.

Es ahora cuando debemos ayudarles a estructurar su pensamiento ya que éste afecta al curso de desarrollo de nuestro hijo. Las habilidades y destrezas cognitivas que adquieran ahora pasarán a formar parte de su funcionamiento cognitivo, y este será el que les ayude más adelante a tomar buenas decisiones.

A medida que se hacen mayores, deben ganar en autonomía y libertad, tanto física como psíquicamente. Y esto solo lo conseguirán si confiamos en ellos y les permitimos entrenar dichas habilidades.
Y para confiar en ellos, debemos haberles educado desde pequeños en el pensamiento reflexivo (insight), el que les otorga la capacidad de tomar conciencia sobre cuándo, cómo y dónde usar las funciones cognitivas desarrolladas, es decir, de autoregularse.

El aprendizaje precede a la maduración


No debemos dar por hecho que aprenderán solos a autoregularse con los “palos de la vida”. O con la experiencia. O con la maduración.
Las habilidades cognitivas que les permiten dominar su vida con flexibilidad, desarrollando en ellos una estructura de pensamiento sólida, se aprenden a través de la experiencia mediada, es decir, a través de tu intervención mediadora, guiándole por caminos a los que no llegarían sin dicha intervención.

20 consejos para ayudar a tu hijo a utilizar inteligentemente su inteligencia


  1. Hazle las preguntas necesarias para que llegue a conclusiones. No se las des tú.
  2. Ofrécele retos, que le permitan plantearse nuevas estrategias y salir de su zona de confort. Créale situaciones de desequilibrio, añade dificultad a la tarea, si es que es fácil para él. Mantén en tensión su cerebro para que no vaya “bajo mínimos”.
  3. Créale experiencias de aprendizaje. Madurará si le expones a situaciones nuevas donde pueda desarrollar sus habilidades cognitivas e incorporar otras.
  4. Ofrécele actividades que le impulsen a usar lo aprendido y a detectar sus propios errores.
  5. Selecciona y organiza los estímulos para que su cerebro pueda aprovecharlos.
  6. Ayúdale a focalizar su atención no solo hacía un estímulo sino también hacía las relaciones de éste con otros.
  7. Ayúdale a relacionar actividades ya pasadas con otras que aún no han llegado (¿qué pasaría si…?).
  8. Ayúdale a anticipar resultados. Hazle las preguntas necesarias para que se cuestione cuáles son las consecuencias de cada una de sus opciones. Y no solo para él sino también para los demás. Hazle razonar hipotéticamente.
  9. Ayúdale a denominar sus sentimientos y necesidades y hacerle consciente de su estado interior. También a considerar las necesidades y sentimientos de los demás. Así será más fácil que llegue al autocontrol.
  10. Comparte tus intenciones con él. Seguramente se sentirá más vinculado a colaborar porque las convertiré en un objetivo propio.
  11. Mira más allá de sus necesidades inmediatas para que pueda aplicar los aprendizajes en otras situaciones y escenarios.
  12. Desarrolla en él criterio para distinguir entre información relevante y no relevante, así sus decisiones tendrán más posibilidades de basarse en el verdadero problema.
  13. Ayúdale a que encuentre el qué, por qué y para qué de cada tarea, así se implicará emocionalmente en ella.
  14. Estimúlale a pensar qué hacer, cómo hacer, cuándo y por qué hacer las cosas para poder regular y controlar su comportamiento.
  15. Guíale para que relacione la nueva información con la que ya tiene asimilada en su estructura cognitiva, así el aprendizaje tendrá un significado para él.
  16. Dale criterios apropiados para evaluar su propio logro y errores, no solo en el contenido sino también en los procesos y estrategias.
  17. Organiza las tareas de tal modo que parta de un nivel en el que creas que puede tener éxito, cuidando el grado adecuado de innovación, complejidad y reto, para que pueda experimentar el sentimiento de competencia. ¡Enséñale y acostúmbrale a sentirse útil!
  18. Respeta su tiempo para pensar y razonar. Su tiempo puede que no sea el tuyo. Respeta y acepta su estilo cognitivo.
  19. Anímale a expresar sus pensamientos. Da igual que sean correctos o no; lo importante es que le preguntes con curiosidad para que pueda expresarte sus ideas de forma clara y precisa y enseñarte cuál ha sido su proceso cognitivo para llegar a ellas.
  20. Ten una expectativa optimista sobre él y sobre su capacidad de aprendizaje frente a los límites. Créele capaz de cambiar, mejorar y evolucionar. Amplía sus expectativas y ayúdale a modificar la imagen de sí mismo. ¡Inspírale con tus palabras y comportamiento!

¿Cómo ayudar a nuestros hijos en el día a día a sacar el máximo potencial de su inteligencia?


Sabemos que el día a día no facilita este trabajo. Las prisas, el estrés, el cansancio, la falta de formación y la impaciencia no ayudan a los padres a enfocar los problemas como oportunidades de aprendizaje.

A menudo somos nosotros los que acabamos solucionando los problemas de nuestros hijos, después de un bufido y un castigo. Y este protocolo no ayuda a que tras el error haya aprendizaje. Pero es a lo que nos hemos acostumbrados, incluso sin querer hacerlo.

Debemos pararnos, reflexionar y buscar una nueva manera de hacer las cosas con ellos que nos permita dar respuesta a estas preguntas:

  • ¿Cómo desarrollar habilidades cognitivas en nuestros hijos?
  • ¿Cómo hacerles las preguntas estratégicas que necesitan en cada momento?
  • ¿Cómo ayudarles a definir el verdadero problema?
  • ¿Cómo estimular un pensamiento creativo que no se conforme con la estrategia más fácil y cómoda?
  • ¿Cómo ayudar al cerebro de nuestros hijos a participar de su propio conocimiento?
  • ¿Cómo ser un buen modelo para nuestros hijos de pensamiento estructurado?
  • ¿Cómo cambiar nuestro propio proceso de pensamiento para poder ayudar a nuestros hijos a cambiar el suyo?

Nosotros te ayudamos a conseguirlo. Nuestro gabinete pedagógico te ofrece talleres y asesoramiento para que desarrolles las habilidades y estrategias necesarias para intervenir con tus hijos. Nos formamos para sacar unos estudios, para conducir, para trabajar… Para conducir la vida de nuestros hijos y desarrollar su cerebro también es imprescindible.

Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com



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