Después de muchos estudios, se sabe que el momento del parto y el dolor que soporta una mujer es algo digno de admirar. Pero ¿qué ocurre cuando pujamos para ayudar al bebé a salir por el canal vaginal y qué tiene que ver la salud de la mujer en ese instante?
Según la Dra. Rebecca Levy-Gantt de la Premier OBGYN Napa, Inc., empujar a un bebé es bastante fuerte. Los efectos fisiológicos de pujar involucran a todo tu cuerpo y Levy-Gantt comenta que es bastante parecido al efecto de “bajar de peso” cuando tienes una evacuación intestinal. Tu garganta se cierra, aumentando la presión en la cavidad del pecho y ejerciendo presión sobre tu corazón, disminuyendo el flujo sanguíneo. Los latidos de tu corazón incluso se ralentizan un poco. “Entre las contracciones, cuando la paciente respira normalmente de nuevo, la frecuencia cardíaca aumenta brevemente de nuevo, por reflejo”.
Tus músculos abdominales se contraen al máximo y las madres primerizas pueden presionar durante dos o incluso tres horas, así que todas las clases prenatales, las clases de yoga y el ejercicio regular ahora protegerán los músculos abdominales para que no se separen ni puedan herniarse. “Los músculos se estiran, la mucosa vaginal se ablanda y se estira, y los huesos de la pelvis se relajan y separan ligeramente”, comenta la experta.
Según Levy-Gantt, la cantidad y la facilidad con que se estira la vagina puede atribuirse a tu salud general. Es decir, una dieta saludable rica en proteínas, una hidratación adecuada y la ausencia de enfermedades que afecten la salud de los tejidos, como la diabetes o una enfermedad autoinmune, funcionarán a favor de la mujer. Y si además hace ejercicio durante el embarazo y mantiene un peso saludable también produce más tejido elástico. Levy-Gantt comenta que”la diferencia entre el tejido sano y el no saludable tiene que ver con la forma en que se rasga la piel vaginal”
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