Belén Gimeno, una madre dos pequeños, una niña de 3 años y un niño de 9 meses, a los que amamanta en tandem decidió lactarlos en la alberca. Ella llegó por la tarde, así que en cuanto su hija la vio corrió para estar con ella, y de paso pedirle leche.
Se sentó junto a la piscina para amamantarla, pero de pronto un salvavidas se acercó para decirle que no podía hacerlo ahí porque la leche podría contaminar el agua y además, no estaba permitido comer en la piscina.
Los responsables del lugar declararon que sí permiten amamantar en sus instalaciones, pero no en la zona de playas o dentro del agua, porque entonces se incumpliría la norma que prohíbe comer o beber en esas zonas. Ella comentó en su reclamación que la potencial contaminación del agua es un argumento muy pobre, si tenemos en cuenta que las aguas están tratadas para evitar dicha contaminación, y que en realidad hay cosas mucho más "sucias" que acaban en el agua
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