martes, 31 de octubre de 2017

¿Cambia el sabor de la leche materna al congelarla?

La razón de que algunos bebés no quieran la leche extraída después de descongelarla se da por la lipasa, una enzima que tenemos en nuestro el cuerpo, cuya función es deshacer las grasas ingeridas para que las podemos absorber correctamente.

 

Cuando están produciendo leche materna, la lipasa va desde el páncreas hasta las glándulas mamarias para formar parte de la leche que recibirá el bebé, probablemente para ayudarle a digerir sin problemas las mismas grasas que contiene. Es decir, en la leche materna van las grasas y las enzimas que ayudarán al bebé a digerirlas.



Pero cuando se extrae la leche y se congela, y si al sacarla del congelador se calienta rápido y se le da al bebé, es posible que no se modifique el sabor tanto como para que la rechace porque de este modo la lipasa tiene poco tiempo para actuar. Pero en algunas mujeres, la leche materna contiene mayor concentración de lipasa y eso hace que la grasa se deshaga más rápido, y al momento de descongelarla el sabor cambia.


Muchos bebés se la toman sin problema, pero los hay que la rechazan, pero no significa que se echó a perder o a no sirva. Y esto tiene una solución. En caso de que tu peque no la quiera, es recomendable calentarla hasta que empiecen a salir burbujas en la leche que está en contacto con las paredes de la olla. Entonces vacíala en un recipiente  para guardarla y enfría rápidamente al contacto con agua fría y hielo. Una vez fría, se guarda en el congelador. De esta forma, al descongelarla tendrá un sabor mucho más parecido al de la leche recién extraída, y el bebé no la rechazará por su sabor ni olor.

 






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