Una mirada que mira, pero que no ve, un cuerpo que se mueve, pero que no controla los movimientos de manera consciente, una boca que se abre y cierra, pero que no comunica, un corazón que late, pero que parece que no siente y un cerebro que no organiza la información. Eso es lo que su madre ve en Adrián, un niño de 3 años, diagnosticado de autismo.
Lee el articulo completo en: GuiaInfantil.com
via http://www.guiainfantil.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario