jueves, 12 de octubre de 2017

Dependencia emocional de pareja: un problema que surge desde la niñez

Uno de los problemas más comunes en las parejas es la dependencia emocional que uno de ellos tiene hacia el otro o incluso ambos pueden tenerla. Este es un trastorno de personalidad en que el paciente cree que no vale lo suficiente y busca seguridad en otras personas, sin confiar en sí mismo.

 

Diversos estudios señalan que la dependencia emocional se origina desde la infancia, debido a que el niño no es amado de forma apropiada por las personas de sus círculos más cercanos, como la familia. Esta situación provoca una baja autoestima que se extiende a la adolescencia y hasta la edad adulta.

 

El niño, al buscar aprobación, se acostumbra a recrear situaciones donde adopta un papel sumiso para complacer a los demás y mantener un vínculo con otros y evitar el rechazo.

 

En este caso, una baja autoestima desde la infancia es el foco rojo y la principal razón para que un adulto sea dependiente emocional. Este es un chantaje en que al niño se le enseña que es amado siempre y cuando cumpla con la expectativas de sus seres cercanos.

 

Si ocurre cualquier intento de demostrar individulidad, el niño es reprobado, y con tal de no generar un conflicto y no perder el afecto que tanto necesita, siente culpa y se convierte en un ser sumiso y dependiente.

 

El problema va más alla: el dependiente emocional comienza a ver los desprecios y el maltrato como situaciones normales, incluso tiende a sentirse atraído por personas que aparentan mucha seguridad en sí mismas, y que su personalidad refleja a alguien dominante. Lamentablemente, el dependiente emocional no sabe reconocer el amor genuino y la reciprocidad de afecto, por lo que puede pasar toda su vida buscando a alguien que lo haga “feliz” y acabe con su “soledad”.

 

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Características de los dependientes emocionales

 

Son personas que se dejan manipular fácilmente, no se inmutan ante las falta de respeto, los celos morbosos, son inseguras y tambièn posesivas. Estas señales reflejan el miedo de no ser amados o aceptados.

 

Los dependientes emocionales tienen una necesidad continua y obsesiva por alguna persona en especial o buscan atención de cualquier modo.

 

Se sienten inseguros respecto al futuro y tienen un miedo obsesivo al desamor y a la soledad.

 

Se menosprecian a sí mismos y creen que no son dignos de estar con una persona en especial. Esto también viene acompañado de un sentimiento constante de culpa si no se dan totalmente a su pareja.

 

Aceptan abiertamente los sufrimientos psicológicos y físicos por por miedo a que acabe su relación, lo que les provoca angustia de forma constante.

 

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Cómo evitar la dependencia emocional en nuestros hijos

 

Nunca hay que darles a entender que vamos a dejar de quererlos como forma de castigo, ni siquiera en broma. Expresiones como “si no haces esto te voy a dejar de querer” o “te voy a regalar si no te portas bien”, aunque estén muy lejos de la realidad, pueden dañarlos mucho y hacerlos dependientes emocionales.

 

Siempre hay que reconocer sus triunfos aunque estos sean muy pequeños. No hace falta hacerles una fiesta por cada logro: bastan unas palabras de aliento para que ellos sientan satisfacción por sí mismos.

 

Hay que corregir con amor. Hacerles saber nuestra molestia sin herir su sensibilidad y demostrarles que cada problema tiene una solución.

 

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