Uno de los frutos más populares de esta época es la calabaza, ¡y no debemos pasar por alto sus semillas! Estas son deliciosas y muy nutritivas: son ricas en ácidos grasos omega 3 y 6, los cuales protegen al corazón, reducen el colesterol malo y aumentan el bueno.
También, las semillas de calabaza son una buena fuente de proteínas, que ayudan a regular el azúcar en la sangre en las personas diabéticas.
Y no sólo eso: contienen calcio, zinc y fósforo que mantienen los huesos sanos y fuertes; vitamina A y antioxidantes que frenan los radicales libres, y son ricas en fibra y evitan el estreñimiento.
A continuación, te decimos cómo puedes comerlas y disfrutarlas:
Crudas: las puedes extraer directamente de la calabaza con o sin cáscara. Te recomendamos masticarlas muy bien para evitar malestares estomacales.
Cocidas o tostadas: en muchas partes de México las venden tostaditas en un comal para consumirse como botana. ¿Ya se te antojaron?
Acarameladas: puedes freírlas en aceite de oliva y posteriormente agregar una cucharadita de azúcar. Eso sí, procura consumirlas con mayor moderación.
Acompañando tus guisos: puedes incluirlas en tus sopas y ensaladas. ¡Le darán un toque muy original y nutritivo a tu comida!
Como harina ¡y también como leche! Al moler las semillas en una procesadora, y es un excelente sustituto para las personas celíacas, pues no contienen gluten. Y como leche se obtiene remojando las semillas tiernas y peladas. Se añade azúcar morena, agua y canela o vainilla en polvo. Cuelas y enfrías.
¿Qué te parece? No dejes pasar estas deliciosas formas de consumir las nutritivas semillas de calabaza.
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