Según un detallado estudio realizado en España, la dedicación media diaria de las mujeres a la casa y a los niños siempre es mayor, en todos los tipos hogares. Los últimos datos del INE, que se apoyan en la Encuesta del Empleo del Tiempo de 2010 comenta que en el caso de los hogares formados por una pareja e hijos, la dedicación de la mujer asciende a 4 horas y 45 minutos diarios y la de ellos, a 2 horas y 34 minutos.
Esta diferencia de tiempo es casi la misma en el caso de las parejas sin hijos, en las que ellas invierten 4 horas y 37 minutos cada día y los hombres 2 horas y 34 minutos.
Es evidente que la carga mental de las mujeres en general puede considerarse un factor de riesgo para la salud. Según expertos, el mundo actual nos brinda mayores recursos pero también más exigencias”. “Y nuestra capacidad sigue siendo, por el momento, limitada, por eso tenemos que cuidar nuestro recurso más valioso: nuestra salud mental”, afirma. Según un informe de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), el 48,7% de las mujeres sufre estrés frecuente, frente al 31,5 % de hombres.
Aunque cada hogar es un mundo distinto y no hay métodos infalibles para fomentar la conciliación. La aparente invisibilidad de la carga mental fomenta que muchas mujeres no lo contabilicen como trabajo, pero lo es. Y eso, sumado al trabajo, al cuidado personal, a la formación, o al ocio es inasumible para una persona. Muchas mujeres consideran que compartir las funciones de coordinar, pensar y tomar decisiones puede ser sinónimo de “pérdida de poder”, incluso se sienten culpables por hacerlo solas. Pero esas sensaciones hay que combatirlas con dos realidades: la primera, que somos limitados, y la segunda, que somos dos y que el hogar es de ambos.
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