Nikki Christou es una joven adolescente de 13 años que tiene una rara enfermedad en los vasos sanguíneos llamada malformación arteriovenosa (MAV), hace que su cuerpo mande sangre de las arterias a alta presión hacia las venas de presión baja, lo cual provoca sangrados en la garganta, la boca, la nariz o los conductos lagrimales y desfiguración en la cara.
Nikki es parte de una investigación de la University College London Institute of Child Health y el Great Ormond Street Hospital que podría salvarle la vida ya que según los científicos, la MAV está desencadenada por cuatro genes defectuosos. Por ello, el tratamiento contra el cáncer al que se somete -que combate la mutación de genes- podría ayudar a Nikki a mejorarse.
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