Las bacterias H. influenzae viven en el tracto respiratorio superior y en general se transmiten por contacto con una persona infectada por medio de partículas en el aire expulsadas cuando una persona infectada tose o estornuda pueden ser inhaladas por otra persona y provocarle una infección. Aunque los síntomas son muy diversos, ésta pueden causar una serie de padecimientos con los que debemos tener cuidado como los siguientes:
Otitis media o infección del oído medio que puede desarrollarse después de que el pequeño tiene un resfrío común provocado por un virus.
Conjuntivitis o Inflamación de la conjuntiva del ojo, la cual se presenta con enrojecimiento, hinchazón, supuración de uno o ambos ojos, ardor en los ojos y fotofobia (sensibilidad de los ojos a la luz).
Sinusitis o infección en los senos paranasales. En niños pequeños se presenta: goteo o congestión nasal durante más de 10 a 14 días y las secreciones pueden volverse ser espesas y de color verdoso, amarillento o teñidas de sangre, tos nocturna y tos diurna ocasional, hinchazón alrededor de los ojos y dolor de cabeza.
Epiglotitis. Debido a la vacuna contra la H. influenzae tipo B, la epiglotitis es muy poco frecuente en bebés y niños. Ésta es una infección en la zona de la garganta que cubre y protege la laringe y la tráquea durante la deglución. Puede ser mortal si no se trata rápidamente.
Meningitis. Gracias a la vacuna es muy poco frecuente en bebés y niños. Es una infección de las membranas que circundan el cerebro y la médula espinal.
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