Un papá es un punto de referencia fundamental para el crecimiento físico y el desarrollo psíquico de su bebé; si bien durante las primeras semanas el vínculo con la madre es mayor y definitivo, un hombre también juega un papel determinante como apoyo para ambos, en muchos sentidos.
Ser padre no sólo es apoyar y cambiar el pañal, dar la mamila cuando mamá descansa, ir de compras o atender a las visitas, así como tampoco ser el sustento de la casa únicamente. En la actualidad implica tener una participación más activa en todo el desarrollo y crecimiento de los hijos, particularmente de recién nacidos.
En ese sentido, es importante que se involucre durante la misma gestación, asistir a los cursos de preparación al parto, tener una implicación activa y estrecha en el embarazo y hacerse presente en el momento del nacimiento. Todo esto ayuda a un padre a tomar conciencia con mayor rapidez del nuevo papel que le espera.
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Una vez que ha nacido su bebé, lo primero que el padre puede hacer es ayudar a que la mamá se sienta mejor físicamente. Además, el papá debe tratar de conocer a su peque desde el primer momento, tener contacto físico con él y tomar confianza lo antes posible para crear un vínculo que perdure toda la vida. Crear un tipo de comunicación verbal y física que le brinde seguridad y confianza a su hijo.
Asimismo, conforme transcurran las primeras semanas y meses, un papá experimenta una serie de cambios físicos, mentales y emocionales que lo llevan a cambiar su estilo de vida; es decir, su familia se convierte en su centro más importante.
La forma en que un padre hable a su bebé, lo cargue, escuche y mime, incluso por su olor, le proporcionan nuevas y diferentes perspectivas del mundo respecto a su mamá. Se trata de abrirle una puerta distinta al exterior y brindarle una visión diferente de las cosas, muy al “estilo de papá” que será muy rico para que su hijo vaya formando su propia personalidad.
Por lo anterior, ser padre es para un pequeño un puente hacia su futuro, con una perspectiva distinta a la de mamá, pero con un mismo fin: apoyar su crecimiento, desarrollo, fomentar su aprendizaje, felicidad y bienestar. ¡Ser papá es genial!
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