Durante el embarazo la barriga es la parte del cuerpo que más evidentemente sufre cambios y es que tiene que acoger al bebé. Pero, al margen del aumento de tamaño, existen otras cuestiones sobre el vientre a tener en cuenta durante el embarazo.
A partir del segundo trimestre, el bebé empieza a crecer mes a mes y eso se notará en las dimensiones de la barriga de su mamá. Ya tendrá ella que adaptar su ropa así como sus hábitos de caminar, sentar, etc., al nuevo volumen de su barriga.
Enseguida te dejamos algunos cambios y sobresaltos en tu pancita durante el embarazo:
Pinchazos o tirones.
Los músculos que sujetan el útero tienen que hacer un gran esfuerzo, sobre todo en el último trimestre de embarazo. Por eso muchas mujeres notarán tirones en el bajo vientre, similares a calambres en ocasiones, o pinchazos en los laterales de la tripa o de las ingles, debidos a la distensión de los músculos abdominales.
Estrías.
Unas compañeras poco deseadas pero muy frecuentes(alrededor
del 60% de las embarazadas desarrollarán estrías en la tripa), ya que la piel
del abdomen se estira y las fibras con menos elasticidad se rompen, creando
estas marcas.
Endurecimiento.
A partir de la segunda mitad del embarazo, pero sobre todo en
el último trimestre, podrás sentir cómo la barriga se endurece y se tensa a
pequeños intervalos, sobre todo alrededor del ombligo, generando cierta
incomodidad pero no dolor.
Unos diez días después del nacimiento del bebé, el útero ya no es perceptible desde el exterior. De todos modos, se recomienda no utilizar fajas. El útero, igual que el resto de los órganos del abdomen, necesita espacio para recolocarse y recuperar su posición natural. Su involución puede verse favorecida por la lactancia materna. La succión del pequeño estimula la producción de oxitocina, la hormona responsable de la contractilidad uterina.
TEXTO: MIGUEL SORIA
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