Ser mamá es todo un cambio, no sólo para nosotras, sino para los seres queridos que nos rodean. ¿Sabías que ellos también sufren cambios emocionales y afectaciones físicas durante tu embarazo?
Alguna vez habrás escuchado la expresión “estar chipil”. Esto le ocurre especialmente a niños de mamás con un nuevo embarazo. Chipil viene del náhuatl “tzípitl”, que significa “niño enfermo a causa de estar su madre encinta”.
Un niño que está chipil sufre trastornos que desaparecen poco después del nacimiento de su nuevo hermano, aunque también se le puede dar un tratamiento. Las afectaciones más comunes son cambios de conducta, como ponerse agresivo, inquieto, triste y es más apegado a su mamá; también puede presentar diarrea, insomnio, falta de apetito, melindroso para comer, sed constante, adelgazamiento, palidez y fiebre.
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Foto: Pinterest
En caso de ser el primer embarazo, quien se pone chipil es el papá, y sufre los síntomas que comúnmente tiene la madre: náuseas, mareos, antojos y sueño.
Las causas por las cuales un miembro de la familia se pone chipil no han sido contestadas del todo por la ciencia: se cree que puede tratarse de cambios hormonales, aunque la versión más aceptada es que hay una conexión entre madre e hijo, o madre y padre, sea el caso; éstos son más sensibles ante la llegada de un bebé y su cuerpo reacciona ante el cambio que viene en su vida.
Si tu pequeño va a tener un hermanito, te recomendamos que lo incluyan en actividades como decorar la habitación del nuevo bebé, o llevarlo a las revisiones para que vea las ecografías y conozca poco a poco a su hermano. Esto lo pondrá de mejor ánimo y se evitarán más fácil las molestias de “estar chipil”.
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