Uno de los hábitos más importantes en la vida de una persona es leer, por lo que debes comenzar desde casa y sobre todo cuando tus hijos son pequeños, para que al crecer esto forme parte de su día a día.
Deja los libros a su alcance:
Algunos papás prohíben a los niños manipular sus propios libros, pues ‘se ensucian’. Gracias a este excesivo respeto existen niños que crecen pensando: “la lectura no es para mí”.
Pon un librero a su alcance:
Deja que saquen sus libros cada vez que se les antoje, tal y como sacan sus juguetes de un baúl. (Hay promotores de lectura que sugieren usar canastas como libreros: así los niños pueden transportar sus libros favoritos de un lado a otro de la casa)
Deja que se vincule a su libro:
Aún los bebés aprenden pronto que los libros no son para destruir, y si los muerden, los chupan o los decoran con papilla, es porque están entablando una relación con ellos. Poco a poco aprenderán a pasar las páginas sin romperlas o arrugarlas.
Lee con tu hijo:
Comparte con ellos la experiencia en forma divertida, libre, espontánea y natural.
Crea momentos de cercanía emocional:
Siéntate en el suelo o sobre almohadas, al mismo nivel que tu hijo. La lectura con niños es, ante todo, un momento privilegiado que comparten papás e hijos, cuando el adulto le presta toda su atención al niño y se abre una especie de conexión mágica en medio de la rutina diaria.
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