Cuando nos convertimos en madres todo cambia y si decidimos amamantar nos volvemos (para muchas personas) un poco extrañas. Te damos un listado que muchas hacemos al ser lactivistas con orgullo.
Planeas tu outfit del día según lo fácil o complicado para sacar tu seno para amamantar. Adoras las blusas de botón o escotes en V.
Al principio amamantar era todo un ritual, con el paso del tiempo, adquieres mucha práctica y lo puedes hacer donde sea.
Con el paso del tiempo dejas de preocuparte si te ve alguien, después sabes que es parte de tu rutina de mamá y lo que más te preocupa es que tu bebé coma, no si te están viendo los senos.
Pruebas tu propia leche, para algunas personas puede ser raro hacer eso, pero muchas mujeres han confirmado que la han probado.
Te preocupa la calidad y cantidad de tu leche así que buscas remedios para mejorar la producción y dejas de comer muchas cosas que antes te gustaban.
Te conviertes en una lactivista de “corazón” y no ves bien a esas mujeres que dan fórmula. ¡Simplemente, no las entiendes!
Cuando ves a otra mamá amamantando, casi automáticamente se vuelven amigas y terminan platicando por horas.
Te sientes orgullosa de haber amamantado a tu peque y sabes que eres una mujer poderosa.
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