Dice una frase popular que “todo está en nuestra mente”, y hay una gran verdad en ello. ¿Te has puesto a pensar si tus pensamientos cotidianos son más positivos o negativos? Aunque no lo creas, la mayorìa de las veces preferimos pensar en lo peor que en lo mejor, y esto puede influir mucho en el estilo de vida que llevamos.
Y es que los pensamientos negativos se traducen en emociones que nos pueden afectar físicamente. Como verás, se trata de un círculo que puede afectar todo nuestro ser, y por ello hay que evitarlos y/o deshacerse de estos.
A continuación te presentamos los pensamientos negativos que más nos afectan y cómo cambiarlos a un aspecto positivo:
1. Lenguaje autodestructivo: frases como “no puedo” o “no lo merezco” son tan cotidianas que parecen poco peligrosas. Esto es solo ponerse barreras y evitar que cosas buenas vengan a nuestra vida. Antes de permitir ser negativo, cambia esta frase por un “¿por qué no?" Descubrirás que no hay razones para que no lo intentes.
2. “Piensa mal y acertarás”. ¿Qué tan cierto es? Esto sólo nos hace desconfiados antes el mundo, y por tanto, temerosos de este. Dejemos los prejuicios atrás, aquellos pensamientos sin fundamento y vamos a darnos el valor de que cada experiencia vale la pena.
3. Comparaciones con otros: es muy fácil que caigamos en esto, y también caer en minorizaciones (ya seas tú a quien minorizas o al otro). Recuerda que todos somos vidas diferentes, con oportunidades y experiencias distintas. El agradecimiento de lo que tenemos es vital para evitar este tipo de pensamientos.
4. No soltar el pasado: solemos pensar que “el pasado era mejor”, o no podemos olvidar alguna experiencia negativa. Al hacer esto, nos cerramos a las posibilidades que traerá el futuro, y desperdiciamos nuestro presente. Ver el hoy como un regalo te hará cambiar de parecer.
5. Culpar a otros: ante una desgracia, solemos buscar con quien desquitar el dolor que sentimos. Pero tratar de quitar ese peso de nosotros desquitándonos con los demás, solo hará la carga más pesada. No dejes que este factor te condicione. No eres culpable, ni los que están cerca de ti lo son.
6. No perdonarte: todos cometemos errores, pero solo podemos sentir las culpas que son propias. Lo mejor es reconocer lo que hemos hecho y pedir perdón. Saber perdonar, pedir perdón y perdonarse se gana con ayuda de la humildad. No dejes que el orgullo gane.
7. Miedo al fracaso: el temor paraliza y no nos deja actuar. Pero como hemos dicho al principio, todo está en la mente. En lugar de permitirte el miedo, analiza las dificultades y cómo solucionarlas.
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