Kim Kardashian y Kanye West decidieron tener un tercer hijo y para lograrlo recurrieron a la gestación subrogada debido a los problemas que sufrió Kardashian durante sus dos embarazos previos por el desplazamiento de la placenta.
Según información durante el proceso, la pareja estableció unas reglas muy estrictas a la mujer que tendría a su bebé entre las que se encuentran hábitos no recomendados para las embarazadas como evitar las saunas o las bebidas cafeinadas, llevar una dieta controlada durante la gestación y se le prohibió la actividad sexual en las semanas previas y posteriores a la inseminación.
La celebridad lo confirmó a través de su cuenta de Twitter con una publicación en la que dio a conocer la llegada de la pequeña, sin desvelar su nombre, pero informando de que pesó tres kilos trescientos gramos.
Finalmente, la nueva integrante de la familia Kardashian ya está en sus brazos y la pareja se encuentra muy feliz, junto con sus dos pequeños hijos mayores.
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